FALSOS MITOS y una VERDAD sobre el BOTOX
El BOTOX paraliza el rostro y no permite gesticular: FALSO
La toxina botulínica no paraliza los músculos del rostro, sino que relaja algunos de ellos. Cuando las infiltraciones paralizan el músculo por completo se debe a que posiblemente se ha aplicado un exceso de producto. Al relajar los músculos para que no se puedan contraer, la piel no se arruga, y se minimizan las arrugas de expresión.
El BOTOX es el causante de caras hinchadas y de susto: FALSO
Muchas personas confunden el BOTOX con soluciones para añadir volumen, como el ácido hialurónico o la hidroxiapatita cálcica. La “cara de susto”, en la que la ceja está muy levantada, el ojo muy abierto, o hay inexpresión en la frente, es por haber empleado más dosis de la necesaria . Con la modificación de las técnicas de inyección, la disminución de la dosis y la repartición de la misma de forma más homogénea, el resultado es mucho más natural.
El BOTOX es peligroso porque es una toxina: FALSO
Siempre que se aplique a dosis correctas, el BOTOX es un tratamiento seguro . La toxina botulínica a grandes dosis es la misma que produce el botulismo. Las dosis que se utilizan son controladas en cantidad, en distribución y en intervalo de tiempo en cada una de las sesiones, por lo que hace que no sea peligroso, siendo un fármaco altamente útil para la relajación muscular en cualquiera de sus versiones, tanto para el rejuvenecimiento facial, como para las contracturas de los músculos oculares en los pacientes que tienen diplopía, o contracturas musculares severas.
Los resultados son visibles de forma rápida: VERDADERO
El tratamiento es rápido, se realiza en la consulta, no suele durar más de 20 minutos, y permite que el paciente continúe con su vida habitual. Una vez aplicado en 5-10 días se ven los resultados definitivos.
