¿Por qué es importante la higiene palpebral?
Los párpados y las pestañas cumplen la función protectora de la córnea y de la superficie ocular. Ante cualquier traumatismo, los párpados se cierran protegiéndonos a modo de escudo, pero también cuando parpadeamos hacemos que la calidad visual sea más óptima al homogenizar la película lagrimal y segregar más lípidos, con lo que conseguimos una mejor calidad de lágrima.
La limpieza de los párpados y pestañas se lleva a cabo con el objetivo de eliminar exceso de grasa o residuos que puedan estar estimulando la formación de caspa o costras en el borde palpebral. Una deficiente limpieza puede provocar especialmente BLEFARITIS.
¿Cómo limpiar los párpados y las pestañas?
Por lo general, basta con limpiar los párpados cuando nos lavamos la cara usando agua y jabón neutro.
Sin embargo, en el caso de que aparezcan costras en el borde palpebral (por ejemplo, debido a una infección) es importante que la limpieza se realice con mucha delicadeza. Para ello debemos hacer lo siguiente:
- Colocar una gasa o toallita humedecida con agua tibia sobre ambos ojos durante unos 5 minutos 1 o 2 veces al día.
- Sí añadimos jabón a las toallitas este debe ser de pH neutro y procurar que no nos entre en los ojos.
- Para eliminar con mayor eficiencia las costras y los detritus celulares del borde palpebral, podemos arrastrarlos con cuidado usando para ello una toallita mojada con preparados específicos de venta en farmacias.
¿Con qué frecuencia se debe hacer la limpieza de los párpados?
Sí no tenemos ninguna infección o problema ocular, basta con lavarse la cara por las mañanas y antes de acostarnos.
Por el contrario, si tenemos una infección ocular (conjuntivitis u orzuelo) es importante aumentar la higiene palpebral para asegurarse de que la infección no se extienda a otras zonas.